a mi me dio vergüenza

Aunque han pasado varios días desde la perpetración del festival de eurovisión el pasado sábado, tenía pendiente hablar de ello. A mi me dio vergüenza de lo que vi allí y me reafirmo más aún cuando el tal Mejide , personajillo siniestro que hace de la mala educación su modus operandi, habla de que estaba de acuerdo con la elección de la payasada con tupé que hemos estado sufriendo durante meses y lo que te rondaré morena. El festival de Eurovisión forma parte de nuestra memoria, fijense ustedes si forma parte de mi memoria, que fue el primer programa que en mi casa se vio en color. Empezamos a ver el festival en blanco y negro en la Marconi y a la mitad llegó mi padre con la Grundig Supercolor y nos dio tiempo a ver a Betti Missiego con sus niños y su coleta tensada con un cabrestante. Eran otras épocas y aquello era como si jugase la Selección Nacional, era 1979.

No se si es que lo más cool es formar parte del frikismo colectivo, que nos estamos volviendo unos incultos o simplemente que nos da lo mismo todo, pero no nos equivoquemos este festival de eurovisión tiene audiencia en todo el mundo y la imagen que hemos dado ha sido la de siempre, la fiesta de los toros de las narices por no decir de los cojones y un fulano con tupé con una guitarra de los chinos escoltado por dos esperpentos igualmente con tupé uno de los cuales hacía más el payaso todavía y hacía que se caía en un paso de baile.

Hata ahora fuera de nuestras fronteras éramos los toros, el flamenco y la «paela» y a partir de ahora somos frikis.

Hay gente que critica a Buenafuente, pero no se equivoquen, Buenafuente ha hecho lo que tenía que hacer, forrarse y como dice Marc Vidal hoy en twitter, tener casi 14 millones de personas de audiencia sin tener que encender ni siquiera un foco del estudio.

Como diría Forges, Gensanta qué pais.